En un mundo donde la compañía es la primera opción, llevo la contraria y me conecto con mi espacio, mi vida y mi cuerpo.
Es que puedo estar con mil personas, pero a veces escapó y desaparezco por un largo instante. Soy ruido, soy silencio, soy amante de lo que los demás no entienden, entiende mis palabras, pero aprecia también mis deseos de estar conmigo.
No crean que no los aprecio, que no me importan, y que no quiero que estar con ustedes. Si supieran lo feliz que soy cuando los tengo cerca, pero tengo mis propio tiempo y espacio. Escribo esta carta para explicar mis razones, darles entrada a mi mundo y que entiendan mi ser. Me encierro en mi mundo, y así me borro del mapa, en mi espacio puedo ser sin aparentar y desnudar mi alma sin sentirme vulnerable.
Cuando nadie me ve, siento en carne viva mis pasiones, soy consciente mis deseos y tengo la mente clara. No somos diferentes a los demás, tampoco somos indiferentes a la compañía. Es que lo han entendido mal, somos seres que viajamos con frecuencia a nuestro interior, y en lugar de elegir una fiesta, elegimos escribir poesía.

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