Procura no enamorarte de alguien cuyo corazón está ocupado, sea por una relación actual o por una que ya terminó hace tiempo pero aún no supera. No importa qué tan genial seas, a esa persona no le va a importar tu genialidad, solo le importará que suplas el «vacío de transición».
El «vacío de transición» es la etapa en la que él o ella sale de una relación y se enfrenta al dolor de la pérdida. Durante esa etapa muchos que tenían interés en esa persona le buscarán. Entre ellas, personas que en verdad darían todo por amarle pero a esa persona no le importa.
¿Qué le importa? El pasado. No importa cuánto diga que no quiere volver ahí o cuando ansíe un mejor futuro, todo ello son formas de evadir la realidad del dolor sobre un pasado que no dejará ir con facilidad. En la etapa de «vacío de transición», su rechazo al pasado es falso.
Cualquiera que intente darle amor genuino a quien está en el «vacío de transición», solo se causará dolor. Si quieres evitarte días complicados elige un corazón que no albergue esperanzas inútiles, es decir un deseo por restaurar algo que no tiene razón de vida, ni tiene futuro.
Quien pasa por un «vacío de transición», no es mala persona, pero es inestable. Y alguien inestable te va poner en la lista de cosas que no sabe si quiere. Así como no sabe si quiere X cereal no sabe si debería darte una oportunidad y ante la inestabilidad la herida es inminente.
Quizá la pregunta más amable y honesta que puedes hacerle a quien te interés es: «¿tú corazón está listo para ser amado?» Y si dice no, no temas de aceptar esa realidad. Tienes de dos: esperar que supere ese amor y tú soportar la travesía, o volverte el mapa de cicatrices por donde él o ella transitó camino a su libertad.
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